1) Trío de Colores:
De los colores que tanto ves
en mi bolsillo van sólo tres,
no llevo menos ni llevo más
con esos puedo hacer los demás.
Vaya que trío para un bolsillo
azul y rojo con amarillo.
2) Los Colores 02:
Verde, verde son los arbolitos,
verde, verde sus hojitas son
por eso yo quiero yodo lo que es verde
verde, verde, verde es mi color.
Amarillo es el color del trigo
amarillos mis patitos son
por eso yo quiero todo lo amarillo
como el tibio rayito de sol.
Rosa, rosa son todas mis cosas
rosa, rosa mis vestido son
por eso yo quiero todo lo que es rosa
como rama de durazno en flor.
Rojo, rojo es mi sombrerito
rojo rojo el boton en flor
por eso yo quiero todo lo que es rojo
rojo rojo es mi corazon.
El celeste es el color del cielo
celestitos tus ojitos son
por eso yo quiero todo lo celeste
porque es el color de la ilusión.
Blanca, blanca es la nube viajera
blamcos, blancos mis dientitos son
por eso yo quiero todo lo que es blanco
como suave copo de algodón.
3) Duendes de los Siete Colores:
Somos los duendes de 7 colores que pintan las flores de Plaza Jardín.
ROJO, AZUL, VERDE Y ROSA, VIOLETA, AMARILLO Y BLANCO MARFIL.
Yo pinto el vestido de las margaritas, el jacaranda a su casa me invita, yo pinto las rosas que quieren ser ROJAS, algunos claveles prefieren el ROSA.
Somos los duendes de 7 colores que pintan las flores de Plaza Jardín.
ROJO, AZUL, VERDE Y ROSA, VIOLETA, AMARILLO Y BLANCO MARFIL.
Yo pongo en las hojas mil tonos de VERDE y yo a las violetas les doy mi color, yo juego a la oca con las mariposas y duermo la siesta en el girasol.
Somos los duendes de 7 colores que pintan las flores de Plaza Jardín.
ROJO, AZUL, VERDE Y ROSA, VIOLETA, AMARILLO Y BLANCO MARFIL.
4) Canción de Colores - Las Tres Mellizas:
Me como el azul de una sardina,
el rojo de la carne da vigor.
El verde en la ensalada me fascina
y el color blanco del yogur.
Quiero el naranja de la mandarina,
y el amarillo cereal que comes tú.
Come cada color
de forma divertida
y así conseguirás,
los colores de la vida.
5) Los Colores 01:
Rojo, rojo, es mi vestido.
Rojo, rojo, lo prefiero yo.
Que a mi me gusta el color rojo
porque mi amigo es el... Tomatón
Azul, azul, es mi vestido.
azul, azul, lo prefiero yo.
Que a mi me gusta el color azul
porque mi amigo es el... Mar azul"
Amarillo, amarillo, es mi vestido.
amarillo, amarillo, lo prefiero yo.
Que a mi me gusta el color amarillo
porque mi amigo es el... Limón
Verde, verde, es mi vestido.
verde, verde, lo prefiero yo.
Que a mi me gusta el color verde
porque mi amigo es el... Melón.
poemas:
1) Esponjas de Colores:
La esponja amarilla
amarilla como el sol
recorre todo mi cuerpo
y se detiene en mi corazón.
Esta esponja es verde
como las plantas del jardín:
me acaricia, muy mimosa,
mejillas, frente y nariz.
amarilla como el sol
recorre todo mi cuerpo
y se detiene en mi corazón.
Esta esponja es verde
como las plantas del jardín:
me acaricia, muy mimosa,
mejillas, frente y nariz.
La esponja anaranjada
como naranja jugosa
salpica mis piernecillas
con agüita espumosa.
Rosa es esta esponja
como una hermosa flor;
la comparto con un amigo
y nos hace cosquillas a los dos.
Me gusta la esponja azul
azulita como el cielo,
recorre cuello y espalda
y me moja los cabellos.
Esta esponja blanca,
como la espuma del jabón,
bebió agua tibiecita
y entre mis manos se escondió.
Esponjas de colores,
ligeras y suavecitas.
¡Venid mañana de nuevo
a jugar con mis manitas!
como naranja jugosa
salpica mis piernecillas
con agüita espumosa.
Rosa es esta esponja
como una hermosa flor;
la comparto con un amigo
y nos hace cosquillas a los dos.
Me gusta la esponja azul
azulita como el cielo,
recorre cuello y espalda
y me moja los cabellos.
Esta esponja blanca,
como la espuma del jabón,
bebió agua tibiecita
y entre mis manos se escondió.
Esponjas de colores,
ligeras y suavecitas.
¡Venid mañana de nuevo
a jugar con mis manitas!
2) Los Colores:
Blanco como la nieve.
Negro como el carbón.
Rojas son las cerezas, como la sangre y el corazón.
Azul color del cielo.
Amarillo color del sol.
Negro como el carbón.
Rojas son las cerezas, como la sangre y el corazón.
Azul color del cielo.
Amarillo color del sol.
Naranja son las naranjas, la zanahoria y el mejillón.
Gris es la carretera.
Rosas los cerdos son.
Morada es la berenjena.
Verdes campos en flor.
¿Y el chocolate es color?
¡MARRÓN!
Gris es la carretera.
Rosas los cerdos son.
Morada es la berenjena.
Verdes campos en flor.
¿Y el chocolate es color?
¡MARRÓN!
3) Nubes de Colores:
Cuando al cielo miro,
veo nubes y pájaros,
y siempre me retiro
si negras son, ¡fijaros!
y siempre me retiro
si negras son, ¡fijaros!
Los pájaros vuelan
en un cielo grisáceo,
una uve modelan tornándose malváceo.
en un cielo grisáceo,
una uve modelan tornándose malváceo.
Cuando empieza a atardecer
el cielo parece púrpura,
es todo un placer,
verlo con mucha ternura.
el cielo parece púrpura,
es todo un placer,
verlo con mucha ternura.
Los tonos se ven calientes,
si el horizonte amanece,
amarillo y naranja yacientes,
por la luz se desvanece.
si el horizonte amanece,
amarillo y naranja yacientes,
por la luz se desvanece.
Las nubes de colores
a lo largo de todo el día,
como un jardín de flores con cariño se formaría.
a lo largo de todo el día,
como un jardín de flores con cariño se formaría.
4) Ronda de Colores:
Azul loco y verde loco
del lino en rama y en flor.
Mareando de oleadas
baila el lindo azuleador.
Cuando el azul se deshoja,
sigue el verde danzador:
verde-trébol, verde-oliva
y el gayo verde-limón.
¡Vaya hermosura!
¡Vaya el Color!
Rojo manso y rojo bravo
?rosa y clavel reventón?.
Cuando los verdes se rinden,
él salta como un campeón.
Bailan uno tras el otro,
no se sabe cuál mejor,
y los rojos bailan tanto
que se queman en su ardor.
¡Vaya locura!
¡Vaya el Color!
El amarillo se viene
grande y lleno de fervor
y le abren paso todos
como viendo a Agamenón.
A lo humano y lo divino
baila el santo resplandor:
aromas gajos dorados
y el azafrán volador.
¡Vaya delirio!
¡Vaya el Color!
Y por fin se van siguiendo
al pavo-real del sol,
que los recoge y los lleva
como un padre o un ladrón.
Mano a mano con nosotros
todos eran, ya no son:
¡El cuento del mundo muere
al morir el Contador!
del lino en rama y en flor.
Mareando de oleadas
baila el lindo azuleador.
Cuando el azul se deshoja,
sigue el verde danzador:
verde-trébol, verde-oliva
y el gayo verde-limón.
¡Vaya hermosura!
¡Vaya el Color!
Rojo manso y rojo bravo
?rosa y clavel reventón?.
Cuando los verdes se rinden,
él salta como un campeón.
Bailan uno tras el otro,
no se sabe cuál mejor,
y los rojos bailan tanto
que se queman en su ardor.
¡Vaya locura!
¡Vaya el Color!
El amarillo se viene
grande y lleno de fervor
y le abren paso todos
como viendo a Agamenón.
A lo humano y lo divino
baila el santo resplandor:
aromas gajos dorados
y el azafrán volador.
¡Vaya delirio!
¡Vaya el Color!
Y por fin se van siguiendo
al pavo-real del sol,
que los recoge y los lleva
como un padre o un ladrón.
Mano a mano con nosotros
todos eran, ya no son:
¡El cuento del mundo muere
al morir el Contador!
5) El Jardín:
El jardín se ha despertado
radiante de luz y amor
y las flores se han vestido
de alegría y de color.
La margarita de blanco,
la amapola corazón,
la rosa viste dorada
la capa de su blasón.
Y esa flor tan pequeñita,
que se esconde con rubor,
es la dulce azucenita,
que el cielo le dio el color.
Adivinanzas:
1) Color Blanco:
Lo tiene la nube,
lo luce la nieve
y hasta la luna sube.
2) Color Rojo:
Estoy en la sangre
y no en el agua,
Brillo en el fuego
y no en la leña.
3) Color Amarillo:
En el trigo y en el limón,
en el desierto y en el sol
me podrás hallar.
Adivina quién soy.
4) Color Verde:
A veces en el mar,
también en la selva
y en tus mismos ojos
puedo estar.
5) Color Negro:
Soy el guardián de la noche,
distintivo en los duelos,
símbolo de la elegancia,
y promotor de los miedos
distintivo en los duelos,
símbolo de la elegancia,
y promotor de los miedos
Leyenda:
1)Cuenta una leyenda que, hace muchos años, los colores tomaron conciencia de quienes eran y pudieron verse a sí mismos. El problema que surgió fue que, cada uno, creyó ser el mejor.
–Yo tengo el color del fuego– dijo el rojo.
–Yo el del sol– dijo el amarillo.
–Nosotros el del cielo y el mar– respondieron el azul y el índigo.
–Yo el de las hojas de los árboles– dijo el verde, altanero.
–Yo el de las naranjas maduras.
–Yo el de las flores del jacarandá y de muchos otros árboles– dijo el violeta.
Cada uno estaba orgulloso de sí mismo, pero no podía ver la belleza del otro.
El marrón, desde el suelo, les decía que hacían un hermoso conjunto, pero ninguno quería oírlo.
¿Por qué iban a escuchar a ese color tan triste? Ninguna flor era marrón, ni el agua pura, ni las frutas. Bueno, el coco era marrón, pero estaban de acuerdo en que, por afuera, era bastante feo.
El blanco, que también les decía que era estupendo que estuvieran unidos, era, en la opinión de los colores, el más aburrido.
Cierto día, en el cielo, el sol conversaba con las nubes acerca de lo ridículo de la pelea entre los colores. No se hablaban entre ellos y no querían estar juntos.
–Yo me esfuerzo en mandarles la mejor luz para que cada uno brille apropiadamente, pero nadie mira a los demás– dijo el sol.
–Ya sé lo que podemos hacer– dijo una nube– Vamos a provocar una buena lluvia así no te ven y, quizás, dejen de pelear.
Durante varios días llovió, y los colores en la tierra dejaron de brillar. El mundo estaba gris. Los colores estaban escondidos para no estropear-se. De a poco, se disiparon las nubes y cada uno fue saliendo de su refugio mirando hacia arriba, para ver si iba a seguir lloviendo o había parado.
En ese mismo momento, al alzar sus ojos y dejar de mirarse cada uno a sí mismo, se descubrieron juntos en un hermoso arco que se formó en el cielo. Dejaron, entonces, de pelear y se alegraron de ser tan diferentes y de poder hacer algo todos juntos.
2) El Señor de los Siete Colores:
Pues señor, cuentan los que lo vieron, que hace mucho tiempo el arco iris era un señor muy pobre. Tan pobre que no tenía ni ropa para ponerse.
Su desnudez le apenaba mucho y decidió un día buscar una solución. Pero no se le ocurría nada y decía:
¿De dónde voy a sacar yo ropa?
Y se ponía aún más triste.
Un día brilló en el cielo un gran relámpago, y el señor decidió ir a visitarle.
–Tal vez él pueda ayudarme.
Así que se puso en camino y, después de varios días de viaje, llegó ante él.
Mientras le contaba sus penas, el relámpago le miraba con tristeza y parecía estar muy pensativo.
Hasta que habló:
–Grande es mi poder, pero no tanto como para darte ropa. Sin embargo, tu historia me ha conmovido y por eso te voy a hacer un regalo.
Y siguió hablando:
–Te voy a dar estos siete colores. Con ellos podrás pintarte el cuerpo y te vestirás para siempre.
El hombre pobre sonrió.
–Además –siguió el relámpago–, aparecerás ante la gente después de las tempestades y anunciarás la llegada del sol. La gente te querrá y te mirará con asombro.
Y así fue como, a partir de ese momento, el arco iris se le llamó el Señor de los Siete Colores.
Y, como me lo contaron, te lo cuento.
Su desnudez le apenaba mucho y decidió un día buscar una solución. Pero no se le ocurría nada y decía:
¿De dónde voy a sacar yo ropa?
Y se ponía aún más triste.
Un día brilló en el cielo un gran relámpago, y el señor decidió ir a visitarle.
–Tal vez él pueda ayudarme.
Así que se puso en camino y, después de varios días de viaje, llegó ante él.
Mientras le contaba sus penas, el relámpago le miraba con tristeza y parecía estar muy pensativo.
Hasta que habló:
–Grande es mi poder, pero no tanto como para darte ropa. Sin embargo, tu historia me ha conmovido y por eso te voy a hacer un regalo.
Y siguió hablando:
–Te voy a dar estos siete colores. Con ellos podrás pintarte el cuerpo y te vestirás para siempre.
El hombre pobre sonrió.
–Además –siguió el relámpago–, aparecerás ante la gente después de las tempestades y anunciarás la llegada del sol. La gente te querrá y te mirará con asombro.
Y así fue como, a partir de ese momento, el arco iris se le llamó el Señor de los Siete Colores.
Y, como me lo contaron, te lo cuento.
3) Abrazo de Colores:
Ya no queda en la región ningún anciano que haya presenciado aquello: sucedió hace tantos años que nadie recuerda quién fue el primero en referir la historia. Tantos, que en la Tierra habitaban ─junto a los hombres─ los hijos del Gran Tupá.
Y algunos hijos del Gran Tupá fueron monstruosos y despiadados, como Boi. La enorme serpiente que habitaba el río, exigía cada año una doncella para ser entregada en sacrificio. Y aquel año, cuentan, la eligió a Naipí. Naipí con la noche en sus cabellos. Naipí con el alba en su mirada; en sus ojos de almendra y de melaza. Naipí con su sonrisa de orquídea y nube blanca. Con su piel de cobre y de tersura; y su voz de pájaro campana.
¡Ay, el joven Tarobá cuánto la amaba! Tanto que esa noche, sin mirar peligros, intentó salvarla. Pero Boi los sintió. Escuchó sus voces sobre la canoa que se deslizaba, sigilosa, por el río. El río que hasta entonces gobernaba. El río que era Boi.
La fiera serpiente encorvó su lomo y el río se partió en múltiples pendientes y cascadas: la frágil canoa se precipitó al vacío.
Cuentan que desde entonces unas inmensas cataratas habitan la región de Iguazú. Y que Naipí descansa, convertida en piedra, bajo el salto más alto. Dicen también que Tarobá se transformó en un árbol cuyas ramas intentan acercarse a ella. Pero Boi se interpone.
Sin embargo, cuando los rayos del sol penetran las aguas cristalinas, un arco iris se extiende, poderoso, desde la piedra al árbol: son Tarobá y Naipí que atraviesan los siglos abrazándose.
Boi, impotente, nada puede hacer para evitarlo.
Y algunos hijos del Gran Tupá fueron monstruosos y despiadados, como Boi. La enorme serpiente que habitaba el río, exigía cada año una doncella para ser entregada en sacrificio. Y aquel año, cuentan, la eligió a Naipí. Naipí con la noche en sus cabellos. Naipí con el alba en su mirada; en sus ojos de almendra y de melaza. Naipí con su sonrisa de orquídea y nube blanca. Con su piel de cobre y de tersura; y su voz de pájaro campana.
¡Ay, el joven Tarobá cuánto la amaba! Tanto que esa noche, sin mirar peligros, intentó salvarla. Pero Boi los sintió. Escuchó sus voces sobre la canoa que se deslizaba, sigilosa, por el río. El río que hasta entonces gobernaba. El río que era Boi.
La fiera serpiente encorvó su lomo y el río se partió en múltiples pendientes y cascadas: la frágil canoa se precipitó al vacío.
Cuentan que desde entonces unas inmensas cataratas habitan la región de Iguazú. Y que Naipí descansa, convertida en piedra, bajo el salto más alto. Dicen también que Tarobá se transformó en un árbol cuyas ramas intentan acercarse a ella. Pero Boi se interpone.
Sin embargo, cuando los rayos del sol penetran las aguas cristalinas, un arco iris se extiende, poderoso, desde la piedra al árbol: son Tarobá y Naipí que atraviesan los siglos abrazándose.
Boi, impotente, nada puede hacer para evitarlo.
4) La Leyenda del Arcoiris:
Cuentan que, hace mucho tiempo, los colores empezaron a pelearse. Cada uno proclamaba que él era el más importante, el más útil, el favorito. El verde dijo: “Sin duda, yo soy el más importante. Soy el signo de la vida y la esperanza. Me han escogido para la hierba, los árboles, las hojas. Sin mi todos los animales morirían. Miren a su alrededor y verán que estoy en la mayoría de las cosas.” El azul interrumpió: “Tú sólo piensas en la tierra, pero considera el cielo y el mar. El agua es la base de la vida y son las nubes las que la absorben del mar azul. El cielo da espacio, paz y serenidad. Sin mi paz no serían más que aficionados.” El amarillo soltó una risita: “¡Ustedes son tan serios! Yo traigo al mundo risas, alegría y color. El sol es amarillo, la luna es amarilla, las estrellas son amarillas. Cada vez que miran a un girasol, el mundo entero comienza a sonreír. Sin mí, no habría alegría.” A continuación tomó la palabra el naranja: “Yo soy el color de la salud y de la fuerza. Puedo ser poco frecuente, pero soy precioso para las necesidades internas de la vida humana. Yo transporto las vitaminas más importantes. Piensen en las zanahorias, las calabazas, las naranjas, los mangos, las papayas. No estoy, todo el tiempo dando vueltas, pero cuando coloreo el cielo en el amanecer o en el crepúsculo, mi belleza es tan impresionante que nadie piensa en ustedes.” El rojo no podía contenerse por más tiempo y saltó: “Yo soy el color del valor y del peligro. Estoy dispuesto a luchar por una causa. Traigo fuego en la sangre. Sin mí, la tierra estaría vacía como la luna. Soy el color de la pasión y del amor; de la rosa roja, la flor de pascua y la amapola.” El púrpura enfureció con toda su fuerza. Era muy alto y habló con gran pompa: “Soy el color de la realeza y del poder. Reyes, jefes de Estado, obispos me han escogido siempre porque soy el signo de la autoridad y de la sabiduría. La gente no me cuestiona; me escucha y me obedece.” El añil habló mucho más tranquilamente que los otros, pero con igual determinación: “Piensen en mí, soy el color del silencio. Raramente reparan en mí, pero sin mí, todos serían superficiales. Represento el pensamiento y la reflexión, el crepúsculo y las aguas profundas. Me necesitan para el equilibrio y el contraste, la oración y las paz interior.” Así fue como los colores estuvieron presumiendo, cada uno convencido de que él era el mejor. Su querella se hizo más y más ruidosa. De repente, apareció un resplandor de luz blanca y brillante. Había relámpagos que retumbaban con estrépito. La lluvia empezó a caer a cántaros, implacablemente. Los colores comenzaron a acurrucarse con miedo, acercándose unos a otros buscando protección. La lluvia habló: “Están locos colores, luchando contra ustedes mismos, intentando cada uno dominar al resto. ¿No saben que todos son necesarios en el mundo? Cada uno para un objetivo especial, único y diferente; junten sus manos y vengan conmigo. Y así fue como formaron un gran arco de colores como recuerdo de que todos pueden vivir juntos en paz y como señal de esperanza para el mañana.
5) El Color Rojo:
una vez una maestra que era muy bonita. Pero por mas bonita que fuera, ella tambien era bastante amargada con sus estudiantes. En su clase, había un chico que se enamoro perdidamente de ella. La maestra sabia de esto y rompió su corazon mientras que lo humillaba por sus bajas calificaciones. El pobre muchacho no aguanto mas y se suicido. A la maestra no le importo lo que sucedió y con una pluma roja tachó el nombre del estudiante.
Un día que la maestra se tuvo que quedar trabajando hasta tarde. Cuando salio del salon, se encontró con que habia un estudiante en el pasillo que le dabala espalda. Le parecio extraño q un estudiante estuviera allí a esa hora, asi que lo llamo. Cuando la maestra lo vio, sufrio un desmayo al ver que la cara del chico tenia una cortada roja en lacara similar al tachón que habia hecho sobre el nombre del estudiante.
Rimas:
1) mira con su ojo, el semáforo en rojo.
2) Cuando se pone verde, no se pierde.
3) sigue la bicicleta de color violeta.
4) Juanillo se ha enojado y se ha puesto anaranjado,
5) pues sentado en el banco de color blanco.
1) mira con su ojo, el semáforo en rojo.
2) Cuando se pone verde, no se pierde.
3) sigue la bicicleta de color violeta.
4) Juanillo se ha enojado y se ha puesto anaranjado,
5) pues sentado en el banco de color blanco.